¿Quién no ha entrenado con los cascos puestos o con música de fondo? La música es una gran aliada para hacer deporte. Y es que entrenar con música te carga de energía, te pone de buen humor, y te da ese empujón extra que te hace falta cuando las fuerzas te fallan.
Seguro que recuerdas la famosa escena de Rocky subiendo aquellas escaleras infinitas al ritmo de ‘Gonna fly now’. ¿Quién no ha escuchado esa canción y le han entrado ganas de ponerse a correr con él?
El poder del sonido es tan grande que no puedes ignorarlo. Las canciones te acompañan en muchos momentos de tu vida, y en el deporte no iba a ser menos. La música se puede convertir en tu mejor aliada cuando practicas cualquier tipo de actividad física para evitar el cansancio, y empezar a rendir más en tus sesiones.
Cómo influye entrenar con música en tu rendimiento
Los beneficios de la música valen para cualquier deporte. Puedes usarla tanto en ejercicios cardiovasculares para mejorar tu ritmo; de musculación para evadirte del entorno y centrarte en el trabajo muscular; o en ejercicios más tranquilos como el yoga o el pilates para conseguir la relajación que necesitas.
Impulsa tus entrenamientos: según un estudio de 2008 de la Universidad de Brunel la música ayuda a que las personas rindan un 15% más, pues son menos conscientes del esfuerzo que están realizando. Escuchar música mientras entrenas favorece a que mantengas un ritmo continuo, ya que el ejercicio se amolda al compás de cada tema.
Aumenta tu concentración: la música favorece la desconexión de lo que está pasando a tu alrededor, de esta forma al aislarte de las distracciones del exterior consigue que focalices la atención en el ejercicio que estas realizando.
Disminuye tu sensación de fatiga: según un nuevo estudio de la Universidad de Brunel en Londres, escuchar música mientras entrenas estimula la región del cerebro relacionada con el control de la fatiga.
Escuchar canciones que te gusten, que te hagan recordar bonitos recuerdos, hace que te olvides del ahora, y por lo tanto te ayuda a disminuir la sensación de fatiga y de esfuerzo. Esa sensación fomentará tu motivación y provocará que alargues los tiempos de entrenamiento, ayudándote a aumentar también tu resistencia.
Entrenar con música, ¿cómo elegirla?
En tu playlist debes seleccionar temas y géneros que te gusten mucho. De este modo, cuando escuches las canciones te sentirás feliz y entrenarás con más ganas, ya que una música adecuada evoca sensaciones positivas y ayuda a mejorar el estado de ánimo.
Si quieres complementar cualquier entrenamiento con música de forma efectiva debes saber qué estilo musical y canciones usar en todo momento, ya que por ejemplo, ponerte una balada lenta cuando lo que quieres es hacer una rutina intensa de pesas no te va a ayudar a mejorar tu rendimiento. Cuanto más rápida sea la melodía, mejor, ya que así el cerebro tiene más que procesar y notará menos cansancio.
Por ello, es necesario tener en cuenta ciertas pautas sobre el estilo de música apropiado para cada modalidad, y que te servirán para poder seleccionar aquel género más vinculado con la actividad que quieras realizar. ¡Toma nota y dale rock and roll al cuerpo!
#1 Música con ritmo rápido
En caso de llevar a cabo alguna actividad movida y de carácter aeróbico, es recomendable oír música con ritmo pegadizo y rápido que te haga motivarte para que tu esfuerzo no decaiga.
Macklemore – Can’t Hold Us
Según los especialistas, la mejor elección de música para hacer running es el soft rock, ya que permite mantener un ritmo constante y la respiración se sincroniza con lo que estas escuchando, ayudando a no estar tan pendiente del rendimiento.
Tanto el pop, como la electrónica y el reggaeton se utilizan para las clases de Spinning, Kangoo Jumps, Step, Zumba…, porque hacen que el movimiento no decaiga, al estar más motivado y distraído.
Del mismo modo este estilo musical es el ideal si un día estás más cansado, ya que va a ayudarte a motivarte y a activarte al 100%.
Luis Fonsi, Demi Lovato – Échame La Culpa
Durante tu vida seguro que recuerdas canciones que estén asociadas a buenos momentos vividos. Utilízalas en esta selección que te estás preparando para hacer deporte. Al llevar consigo un recuerdo positivo, te dará un impulso extra.
#2 Música con ritmo intenso
Si por ejemplo tu entrenamiento está enfocado en la musculación, el ritmo no es tan importante, aquí lo primordial será elegir música que te motive y que te haga concentrarte en la ejecución del ejercicio.
Por eso, el género rock pesado o ritmos intensos son perfectos para practicar Crossfit o actividades extremas, ya que causa una mayor intensidad en la persona que lo practique.
Aunque no lo parezca escuchar música mientras elevas peso te ayudará a animarte, pues a la vez que te concentras en lo que estas haciendo despierta en ti una sensación de mayor energía.
#3 Música con ritmo suave
Los temas con ritmos relajantes y suaves se usan generalmente para los estiramientos o actividades de relajación. La clave es evitar estimularte demasiado.
En este caso, la música debe acompañar y no ser la protagonista. Su función debe ser la de hacerte bajar las revoluciones después de la actividad física, o el de prepararte para lo que vendrá. Te va a ayudar a disminuir la actividad cerebral, a despejarte y a olvidarte de todo para conectarte con el aquí y con el ahora.
Incluso si vas a realizar yoga o pilates te recomendamos música tranquila, lenta, que su ritmo desprenda calma. En el caso del yoga opta mejor por música instraumental, ya que la letra puede distraerte.
Passenger – «Let Her Go»
Por último, te recomendamos que no repitas las mismas canciones siempre. Lo ideal es cambiar tu lista cada dos semanas, más o menos. Si sigues con los mismos temas, su efecto motivador y positivo puede llegar a convertirse en aburrimiento, y provocar que tu rendimiento baje.
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